No sé muy bien por qué ahora todas las películas son tan largas. Ésta, en particular, dura 2 horas y 47 eternos minutos. Es inhumano someter al espectador a la tortura de permanecer en un mini-cine, sentado casi tres horas, sin estirar las piernas, sin intermedio, sólo por ver una película que no es extraordinariamente interesante. Lo de estirar las piernas parecerá una "boutade", pero mido más de 1,85, tengo problemas articulares y cada día menos paciencia cinéfila; lo que contribuye a que, si la película no es muy buena, yo no consiga mantener la atención en la pantalla. Pensándolo bien, como voy poco al cine, sí que merece la pena pasar tres horas en una sala: con el precio que tienen las butacas, parece que se amortiza el dinero. En este caso, me temo que no ha habido amortización. Antes, sólo algunas películas épicas duraban tres horas : "Lo que el viento se llevó", "Los diez mandamientos". Ahora, cualquier historia de nada se convierte en un "la