NO HAY VARILLA DE ACEITE


Hacía muchos años que no veía un cartel como éste, que fue tan corriente en el ya lejano Madrid de los años ochenta y noventa; el parque automovilista español no era muy moderno entonces y en la calle proliferaban los modelos antiguos, cuyos dueños no podían permitirse pagar un garaje. Algunos eran verdaderas joyas, de los que ya no había repuestos disponibles, "not even for ready money", como diría Wilde, y la gente iba robando las piezas que les faltaban de los automóviles aparcados, con o sin pinta de estar abandonados. Los dueños de los coches en uso se veían obligados a poner carteles como el de la foto.

NO HAY VARILLA DE ACEITE
Era corriente el robo de las antenas: si una  antena desaparecía, había que tomarla prestada de otro coche, y así sucesivamente. De hecho, mi amigo Tomás y yo elaboramos la teoría de que siempre hay un coche que no tiene antena, para que la cadena siga funcionando y no se produzca el caos.

La crisis ha hecho aflorar a las antiguallas. Es raro ver circulando por Madrid coches nuevos, impecables, y ahora una flota de coches zombies nos esperan agazapados en cualquier esquina. Coches de más de quince años, coches con los guardabarros pegados con cinta aislante o con tápex. Coches abollados. Coches sacados de una película de enredo con un jovencísimo Resines de protagonista.

Este Renault 5 se ha cansado de ser violado cada noche y su dueño deja un aviso de que no tiene ya la varilla del aceite. Cualquier día le desaparecen los retrovisores. Lo tendré vigilado.

Comentarios

  1. Enrique: Muy bueno, como todo lo que escribes. TR

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  2. Creo recordar que la varilla del aceite la robaban para abrir un determinado modelo de coche, no?

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    Respuestas
    1. Lo desconozco, no estoy metido en el gremio. Yo pensaba que la robaban para ponerla en sus coches... En fin, gracias por leer y por comentar. Enrique

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    2. Queridos Enrique y Anónimo:
      Anónimo, estás en lo cierto. Las varillas de aceite las robaban para abrir otros coches introduciéndola por el cristal y enganchando la cerradura por dentro. Lo peor venía después cuando sin saberlo, arrancabas el coche y por el orificio de la varilla salía el aceite a borbotones y se requemaba al contacto con el motor pringándolo todo y ahogando con el humo que salía a todo cristo . Vamos, una auténtica gracia, no precisamente por el artículo robado sino por la que te liaba en el motor...

      Saludos a los dos,
      AV

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    3. Muchas gracias por la explicación, AV. No tenía ni la menor idea de por qué robaban las varillas del aceite. Me parece flipante. Da gusto teneros como lectores de mi blog. Gracias por seguirme, Enrique

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