LA PRÓXIMA VEZ TE PARTO LOS DOS BRAZOS

En estos días navideños, a veces nos vemos obligados a asistir a interminables copas de empresa, comidas con los amigos y cenas con los compañeros del gimnasio, que nos atrapan sin que sepamos muy bien qué hacemos allí ni por qué optamos por esa opción en lugar de quedarnos calentitos en casa.
Cuando por fin consiguió escapar de una larguísima comida de empresa en un céntrico restaurante de Madrid, regada con vinos abundantes y rematada con gin tonics de moda, mi amigo Pepe encontró el siguiente cartel, tan alejado del espíritu navideño que debería reinar en estos días, pero tan acorde con los tiempos que corren.

Es curioso que el cartel esté tan bien hecho. No está escrito en un momento de furia, la redacción es correcta, las palabras están distribuidas uniformemente en el papel, que es un cuadrado casi perfecto y está bien recortado. Lo único que no está tan cuidado es cómo está pegado: lo más probable es que el autor lo pegara con prisas, porque no le dio tiempo a quitar las arrugas. Sin embargo, ha puesto suficiente celo como para que no sea fácil arrancarlo. Debía de traerlo preparado de casa. Este cartel me crea cierta confusión respecto a las verdaderas intenciones del autor.

Sí es difícil de creer que vaya a partirle los dos brazos al que vuelva a tocar la moto. Un brazo, pase. ¿Pero los dos?

Comentarios

  1. A mi me parece perfectamente lógico, si le parte solo uno puede seguir tocándole la moto.

    ResponderEliminar
  2. Sí, pero a mí no me partiría el segundo, te lo aseguro: ya saldré corriendo. Gracias por tus comentarios, Ivo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario