EDIFICIO EN RUINA INMINENTE
Domingo, quedo a comer con Victoria, que está sola con los niños porque Jesús trabaja. Comemos en una terraza porque la tarde es deliciosa y disfrutamos de los últimos rayos de sol de la temporada. El paseo después de unos cafés remata una jornada perfecta. De vuelta a casa, encontramos, tirado en la acera, un cartel: “Edificio en ruina inminente”.
Miramos alrededor, pero no hay ningún edificio. Sí que era inminente su ruina. Una brisa se lleva el cartel, que acaba pisoteado por los transeúntes y al final es atropellado por un automóvil. Nos damos cuenta de que, no importa que nos engañe el buen tiempo: hasta los edificios saben que el otoño ya ha llegado.
¡Qué bonito y qué otoñal! Imemine
ResponderEliminar¿No será un metáfora de la España actual?
ResponderEliminarA lo mejor lo ha puesto por casualidad, nunca se sabe, con este Enrique, pero Buniglia tiene razón; es un post y una foto propios de Quevedo: "Miré los muros de la patria mía".
ResponderEliminarSaludos a Buniglia, que parece que ha vuelto, y sobre todo al gran Enrique.
Imemine