THE WIND CRIES MARY

Primera actuación del año dentro de la temporada de abono de los conciertos de la Orquesta Sinfónica y Coro de Radiotelevisión Española. Acudo con malas vibraciones: el Teatro Monumental ha estado cerrado por obras desde mediados de diciembre y nos hemos perdido unos cinco conciertos del abono. ¿Las obras? El techo del teatro cayó sobre el patio de butacas después de un concierto , lo que no da muy buen rollito, que se diga. El programa del día: La Orquesta de Extremadura, dirigida por Jesús Amigo (la orquesta titular está actuando en Extremadura este fin de semana a cambio); Cristóbal Halffter, que no es mi autor favorito; un concierto para violín de un compositor estadounidense contemporáneo y la 3ª sinfonía de Bruch, autor no muy conocido, con una obra no habitual en el repertorio. Mi primera idea es no ir: salgo tarde de trabajar, no encuentro sitio para aparcar, estoy cansado; pero al final no me dejo vencer por la pereza.

Y hago bien, porque me sorprende la música de Cristóbal Halffter (Obertura Festiva , encargo de la propia orquesta extremeña), una pieza breve para un grupo reducido de metales (trompas, trompetas, trombones y tuba) , un alarde de alegría y de fuerza, digno de la Música Acuática de Haendel o de los Conciertos de Brandenburgo de Bach.



A continuación, Fire and Blood, concierto para violín y orquesta de Michael Daugherty; fuego y sangre, inspirado en Diego Rivera, su vida y los murales que creó para el Instituto de las Artes de Detroit. El violinista Alexandre da Costa vuelve a colaborar con la OEx. En el Monumental, el joven canadiense nos embelesa con su talento y perfecta técnica, en especial durante el tercer movimiento, Assembly Line, en el que tanto el solista como la orquesta suenan como una cadena de montaje.

El concierto es fantástico, el violinista, extraordinario y el bis que nos ofrece, sorprende: "The wind cries Mary, del gran Jimi Hendrix", dice Alexandre Da Costa. Por si no me había conquistado suficientemente con su violín, terminó de hacerlo con la elección del bis.

After all the jacks are in their boxes
And the clowns all gone to bed
You can hear happiness
Staggering on down the street
Footsteps dressed in red
And the wind whispers Mary

A broom is drearily sweeping
Up the broken pieces of yesterday’s life
Somewhere a queen is weeping
Somewhere a king has no wife
And the wind, it cries Mary

The traffic lights, they turn, uh, blue tomorrow
And shine their emptiness down on my bed
The tiny island sags downstream
‘Cause the life that lived is, is dead
And the wind screams Mary

Uh-will the wind ever remember
The names it has blown in the past?
And with its crutch, its old age, and its wisdom
It whispers no, this will be the last
And the wind cries Mary

Grabada en 1967 y publicada en el álbum de The Jimi Hendrix Experience "Are You Experienced?", es considerada una de las más características muestras de blues rock psicodélico y fue uno de los primeros éxitos de Hendrix en el Reino Unido. Todo un clásico, pues, en un concierto de música clásica. Se dice que es una oda a la marihuana (“Mary Jane” en argot, una traducción literal de la palabra en castellano) y que Jimy la escribió tras una pelea con su novia. Se editó como single con “Highway Chile” en la cara B y habla de la soledad, y de la tristeza que produce, del pasado y de los recuerdos.

Para ver a The Jimi Hendrix Experience en la cima de su creatividad, nada mejor que visitar: http://www.youtube.com/watch?v=-iNcH7wr99Y&feature=related: en el Festival de Monterrey que tuvo lugar ese mismo año.

Al final del concierto, después de la sinfonía de Bruch, que es pura alegría y un canto a la vida, a la vivida (los recuerdos de los que habla Hendrix) y a la que queda por vivir, que Da Costa ha escuchado con el resto del público, cerca de nuestra butaca, me acerco a él y le agradezco el homenaje a Hendrix. Me sonríe cómplice y estrecha mi mano.

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