LOS HOMBRES QUE MIRABAN FIJAMENTE A LAS CABRAS

Uno de estos días de perezosas vacaciones de Semana Santa, en los que me atrevo a privar al mundo de mi presencia, mi calma se ve turbada por el sonido de “Everyday I love you less and less”, de los Kaiser Chiefs. Manuel, parece que apoltronado en casa como yo, gruñe al otro extremo del teléfono móvil algo así como que si salimos o algo. “Al cine”, digo yo, convencido de que me va a decir que no, porque Manuel no es especialmente aficionado. “Lo que sea, con tal de darme una vuelta; pero elijo yo la peli, que quiero pasar un buen rato.” Aunque esa frase no augura nada bueno, le dejo elegir. Hace un siglo que no voy al cine. La última vez, fui a ver “La naranja mecánica”, de Kubrick. Para acallar las risas malévolas, aclararé que no fue en el estreno en España de 1975, sino en la reposición de hace unos meses en su versión remasterizada.

Cada vez que voy al cine se repite el maravilloso ritual que convierte ver una película en algo tan especial para mí: se apagan las luces, la gente se calla y se reconcentra en la pantalla; el olor a palomitas invade la sala, los altavoces se elevan sobre las últimas conversaciones apenas susurradas ya; comienzan los anuncios con avances de películas y se escuchan comentarios del público sobre cuáles irán a ver y cuáles no. Como antes de comenzar un viaje, siento que me invade un vértigo y creo que voy a marearme cuando empiezan los títulos de crédito.

Por eso aunque la elegida es una película tan tonta como “Los hombres que miraban fijamente a las cabras”, yo me lo paso bien: me río de los chistes fáciles e incluso encuentro cómicas las situaciones más increíbles porque no deseo otra cosa que pasar un rato divertido. ¡Lo que hace el ayuno cinematográfico!

Dentro de todo, he tenido suerte, porque sale Ewan McGregor, que me parece muy buen actor y, aunque las chicas de las butacas de alrededor prefieren abiertamente a George Clooney y no paran de hacer comentarios admirativos sobre su buen aspecto, yo pienso que, si fuera mujer, elegiría, definitivamente, a McGregor, que es muy atractivo y varonil, pero con aspecto tierno a la vez.

No me parece que George Clooney esté especialmente dotado para la comedia o yo por lo menos no le encuentro gracioso. Estuvo acertado en alguna película de los Coen, quizá en “Crueldad intolerable”, pero cuando abandona la tutela de los hermanos, como en “Ella es el partido”, donde intenta emular al gran Cary Grant de las "screwball comedies" de los años 30, resulta hiperbólico: abre los ojos desmesuradamente, cuando cree que debe estar gracioso, e hiperactúa. Ni los mismísimos Coen consiguieron hacerle cerrar los ojos lo suficiente en “O’Brother”. Su actuación en esta nueva película es un amplio despliegue de desmesura y de ojos abiertos.

“Los hombres que miraban…” es una película de risa fácil, una sátira de Vietnam y de la invación de Iraq, del ejército estadounidense; pero también se ríe de las tácticas de guerra, del sentido de las guerras, de la inutilidad de las guerras. Tiene golpes divertidos, pero en general es una película floja. La recomiendo a aquellos que quieran pasar el rato, sin más, preferentemente, varones de entre 15 y 30 años no muy aficionados al cine, en una tarde perdida, y reírse un rato y olvidarla.

Quizá el director pretendía rodar una historia disparatada, pero en lugar de conseguir que fuera divertida, tanto disparate junto y sin control la ha convertido en desodernada e inconexa. Jeff Bridges retorna a su papel favorito, el de friki zumbao.

Al salir, quizá haya quien se cuestione: ¿De verdad es necesaria la intervención del ejército estadounidense en Iraq? ¿Para qué sirven tantas armas y ejércitos? ¿No estarán todos esos en cuyas manos estamos un poco pirados? e incluso otras preguntas más trascendentes que le harán pensar que no ha malgastado su dinero y que tiene una conciencia social y vida interior. Ahora que lo pienso, ¿No es mucho más de lo que nos ofrecen muchas películas que están mejor valoradas? Al fin y al cabo, esta película entretiene, divierte y enseña. ¡Pues a lo mejor es que no está tan mal!

Comentarios

  1. De momento no lo leo por que no la he visto y la tengo grabada para ver..... prometo leerlo.

    Saludos.
    Julio Glez.

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  2. Seguro que no me gusta nada. Ya no voy a verla

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  3. Yo no la he visto ni pienso ir a verla. No me gusta George Clooney y con lo que he leido en tu comentario, me basta. ¿Has visto la de Alicia de tim Burton?

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  4. Hola, Buniglia, gracias por tu comentario. No, todavía no he ido a ver Alicia, pero estoy deseando: soy un auténtico admirador de Burton y de Johnny Depp.

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