ODORONO
Llega el calor. La ciudad nos abrasa como abrasaron los moros en la parrilla a San Lorenzo; los motores de los coches arden como las calderas de Pedro Botero; los edificios expulsan obscenamente bocanadas de aire caliente por sus orificios; en las calzadas se derrite el asfalto, en el que los transeúntes se quedan atrapados, como las moscas en la resina que resbala por las cortezas de los pinos. Y los simples mortales nos despertamos, nos movemos, trabajamos, conducimos envueltos en mares de sudor. Es la temporada alta de los fabricantes de desodorantes, aunque todos nosotros tengamos algún conocido que todavía se resiste a su uso y nos deleita con sus agrias emanaciones. O tal vez es que le ha ocurrido como a la protagonista de nuestra canción de hoy: le ha abandonado el desodorante, que era una frase muy utilizada en la publicidad de estos productos durante los años 70 y 80. She sang the best she'd ever sang She couldn't ever sing any better But Mister Davidson never r